¿Quieres saber más sobre nuestro proceso de trabajo?

En nuestro taller de cerámica, cada pieza es el resultado de un proceso meticuloso y apasionado. Desde la selección de materiales hasta el acabado final, seguimos una serie de pasos que garantizan la calidad y autenticidad de nuestras creaciones. A continuación, te presentamos el paso a paso de cómo transformamos ideas en obras de arte en cerámica.

 

Paso 1
Paso 2
Paso 3

Paso 1

Diseño

El primer paso será elegir el diseño. Nuestro cliente nos comenta qué tipo de obra quiere realizar, aportando alguna fotografía. Después, en el taller, damos forma a esa primera idea hasta realizar una composición que se adapte a sus exigencias.

Comenzaremos transfiriendo el diseño a tamaño real sobre papel vegetal. Sobre éste marcaremos las piezas de azulejos que vamos a necesitar y las líneas que forman el diseño. Estas últimas las perforaremos con un punzón, realizando un estarcido sobre todo nuestro dibujo. Esta será nuestra plantilla para transferir el diseño a los azulejos, pasando una muñequilla de carbón molido por la misma. El carbón pasará por los orificios y nos marcará el dibujo en los azulejos esmaltados.

Paso 2

Preparación

Los azulejos los tenemos en “bizcocho”; así llamamos los ceramistas a las piezas de barro cocido. Para pintar sobre estos azulejos, les tendremos que aplicar una capa de esmalte cerámico. El esmalte es una mezcla de minerales que aporta color e impermeabilidad después del paso por el horno. Sobre el esmalte blanco, vamos aplicando óxidos silicatados, que son los pigmentos que se utilizan para decorar cerámica. Los colores que se aplican en este proceso, visualmente, no se asemejan para nada a los del resultado final. Esto se debe a la transformación de los pigmentos al alcanzar los 980 grados en el horno; este proceso tiene una duración de unas 30 horas.

Paso 3

Resultado

Cuando la cocción termina, viene el paso más esperado: la apertura del horno. Es aquí donde el horno dicta sentencia y determina si hemos realizado bien nuestro trabajo o no. Dependiendo del trabajo, hay veces que necesitamos retocar las piezas, sobre todo en los rostros de imágenes, aplicando pigmentos mezclados con aceites sobre los azulejos vidriados. Esta técnica, conocida como «al aguarrás» o tercer fuego, se utilizaba mucho en los talleres de Sevilla, más concretamente en el barrio de Triana, a finales del siglo XX, alcanzando con este proceso la excelencia en el arte de la decoración de azulejos.